Jorge Oteiza nació en San Sebastián, donde inició su actividad artística en la década de los años veinte. En 1934 viajó a Sudamérica. Allí permaneció hasta 1948, alternando la actividad docente con la artística. Fue en 1957, en la Bienal de Sao Paulo, donde el escultor vasco obtuvo el Gran Premio y el recono-cimiento internacional de la crítica.
Fue un artista que desarrolló su obra durante la posguerra española, y alcanzó una gran influencia en los sectores artísticos del momento. Con todo, se mantuvo distante y crítico tanto en lo artístico como en lo ideológico, manteniendo siempre una posición inconformista.
Oteiza realizó sus esculturas apoyado en las maquetas que, previamente, había elaborado a pequeña escala y en materiales diversos, sobretodo en yeso.
Estas pequeñas piezas dieron origen al laboratorio de tizas, que, según el escultor:
Mi laboratorio de Tizas, una disciplina para pensar visualmente y comportarme. Una lógica pura. Las formas están y yo soy. Ante mi obra el resultado era yo, me examinaba a mí mismo. Todas las obras que conservo, todas las que hice, han quedado vacías en el momento de realizarlas y examinarme. No era la escultura, era yo el que se realizaba.
Escribir comentario