El río Duero y la ciudad de Zamora se han dado la espalda en numerosas ocasiones. Ha sido en la última década cuando sucesivas intervenciones en las riberas han hecho que cobre su original protagonismo y lo han integrado en la urbe haciendo partícipes a los zamoranos de su olvidado origen fluvial.
A pesar de ello las actuaciones a lo largo de las márgenes han dejado a un lado parte de la historia tradicional de Zamora. En el período estival el Duero y concretamente la zona de los Tres Árboles, frente a la isla de “los Bañaderos”, se convertía en el punto preferido por los zamoranos para refrescarse. Un espacio salpicado por sencillas casetas para venta de bebidas en el que practicar el baño, los paseos en barca y las meriendas en las sombras de la arboleda.
La transformación realizada en la margen derecha del río si bien han pretendido integrar el eje fluvial vertebrador de la ciudad han sacrificado parte del encanto y el atractivo de la zona natural original, situación que todavía pervive en la isla de los “Bañaderos”.
La propuesta de este proyecto pretende recuperar la práctica de los baños e incorporar esta actividad a un nuevo espacio de uso y disfrute de la ciudad. Un oasis urbano que sería en realidad un lugar que conecta con el pasado, con su tradición perdida y con el presente como lugar de comunicación.